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Sumérgete en el pasado entre conocimientos y sabores ancestrales transmitidos de generación en generación: Agnone, en provincia de Isernia, mantiene su huella medieval en su arquitectura y detalles artísticos y conserva tradiciones locales que esperan ser descubiertas. Junto con un guía experto, llegue a una lechería y visite las instalaciones de producción. Aprenda los métodos de producción y elaboración de quesos y luego asista a una lección práctica sobre cómo hacer queso con sus propias manos. Visite la bodega de maduración en piedra y concluya con una degustación de varios tipos de quesos, maridados con vino local. Una experiencia para comprender mejor la riqueza cultural y gastronómica de Molise.
Visitar Isernia significa descubrir un territorio virgen, muy alejado del turismo organizado. Esta ciudad de Molise situada en la cima de una colina alberga algunos monumentos sugerentes, como la Catedral de San Pedro, la iglesia de San Francisco y la ermita de Cosma y Damián. El símbolo es la Fuente del Fraterno, salpicada de elegantes arcos y construida en la Edad Media a partir de bajorrelieves romanos que componen armoniosamente. Lo más bello es la posibilidad de sumergirse en la pureza de la vida italiana, con el ritmo lento de la tradición: la hospitalidad es sagrada y aquí nadie se siente extranjero. Todos se ofrecen a dar información y acompañar a los visitantes, dándoles la bienvenida en todas partes como huéspedes bienvenidos. Las callejuelas del centro histórico están salpicadas de discotecas y trattorias, con mesas en las plazas, y por la noche todos se reúnen en las calles para el ritual colectivo del "struscio". El paisaje está incontaminado, con paisajes perfectos y senderos que serpentean entre arroyos y cascadas. Un paraíso para practicar bicicleta de montaña o caminar, con la sorpresa de encontrarse con rebaños con pastores a caballo y realidades atemporales. A veinticinco kilómetros se encuentra Venafro, fundada por los orgullosos samnitas que durante mucho tiempo controlaron Roma y luego el centro lombardo: un pueblo intacto de rara belleza, dominado por el Castillo de Pandone, con espléndidas iglesias como la Annunziata y la basílica de San Nicandro. A media hora desde Isernia se llega a San Vincenzo al Volturno, un tesoro de la cultura medieval, con los restos pintados con frescos de la antigua abadía benedictina y del monasterio construido en el siglo XII. La cocina está repleta de platos sabrosos, muchas veces a base de la extraordinaria cebolla blanca de esta tierra o el cordero de la dehesa. Todo ello acompañado de los cuatro vinos DOC de la región: Biserno, Molise, Pentro y Tintilia. Sabores genuinos de una provincia dispuesta a conquistar el corazón de todo viajero.
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