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Vislumbres arquitectónicos y edificios futuristas que conforman un horizonte hipercontemporáneo, junto con edificios de absoluta belleza de los años 30. Milán está para verse, incluso antes de vivirse. Un recorrido para sumergirte como protagonistas en el encanto más auténtico de la ciudad. Descubra la ciudad con nuevos ojos en compañía de un guía turístico. Pasee por los Navigli, los canales navegables de la ciudad y sumérjase en las calles del centro, admirando las columnas tardorromanas de San Lorenzo y los monumentos que cuentan el alma antigua, renacentista y moderna de la ciudad. Llegue a Piazza Duomo y su símbolo por excelencia: el Duomo, la catedral de estilo gótico sobre la que se alza la Madonnina, la estatua de cuatro metros que observa y protege la ciudad desde arriba. Continúe hasta la Galería Vittorio Emanuele II y llegue a la Piazza della Scala con su teatro, el templo de la música de ópera en el mundo.
Milán, la "ciudad" italiana, es un verdadero cofre de tesoros artísticos y arquitectónicos, en primer lugar su imponente catedral dedicada a la Virgen María y coronada por la famosa estatua de oro de la "Madonnina", que se eleva hacia el cielo. La ciudad está salpicada de iglesias históricas donde se respira una atmósfera mística, que se diferencia de la vivacidad característica de la metrópoli. Las obras de arte conservadas en estos lugares de culto hablan de siglos de historia y espiritualidad. Milán ofrece así la oportunidad de experimentar un ambiente de "gran ciudad" y, al mismo tiempo, una profunda religiosidad.
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