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Stendhal afirmó que las riquezas artísticas de Florencia tenían el poder de abrumar a sus visitantes, haciéndolos incluso desmayarse. Si no le teme al llamado "síndrome de Florencia", una visita a las obras maestras de la Basílica de Santa Croce es imprescindible. Junto a un guía experimentado, déjese encantar por la notable fachada gótica de la basílica, revestida de mármol policromado. En el interior de esta antigua iglesia, elegida por los monjes franciscanos como lugar de meditación y trabajo con pieles y cueros, la mirada de los visitantes se dirige naturalmente hacia el cielo. Admire los frescos de Giotto y Agnolo Gaddi, el Crucifijo y la Anunciación de Donatello y los monumentos funerarios de ilustres personajes históricos, como Miguel Ángel, Galileo y Maquiavelo. Luego visite el claustro Brunelleschi, enmarcado por columnas talladas en piedra maciza, y el primer claustro del siglo XIV, que conduce a la Capilla Pazzi, también de Brunelleschi. El recorrido finaliza en un taller que data del siglo XIII y en la Scuola del Cuoio (Escuela del Cuero), donde podrás descubrir las técnicas antiguas que se han transmitido de generación en generación de artesanos. Un viaje por un entorno armonioso donde se entrelazan tradiciones e historia.
Florencia es la síntesis del Renacimiento. Rica en monumentos, como Santa Maria Novella, el Palazzo Vecchio o la Galería de los Uffizi. Lugares que acogieron, entre otros, el genio de Dante, Leonardo, Miguel Ángel y Botticelli, adornados con una increíble cantidad de obras de arte. Florencia contiene lugares suspendidos en el tiempo, como el Ponte Vecchio, donde las tiendas de orfebrería continúan una tradición que se remonta a la Edad Media. Revela itinerarios que combinan naturaleza y paisaje, dentro o en los bordes de las murallas de la ciudad: los Jardines de Bóboli, delicia de la dinastía Medici, o la colina de San Miniato desde donde se puede observar toda la ciudad. La historia de Florencia pasa también por sus talleres artesanales, algunos de los cuales se han convertido en marcas mundialmente famosas, y sus restaurantes tradicionales en los que deleitar el paladar y descubrir las excelencias enológicas de los súper toscanos. En resumen, Florencia es un cofre del tesoro lleno de infinitos tesoros, todos por descubrir.
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