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Un tesoro escondido de obras de arte y artefactos históricos de valor incalculable: una visita a la Basílica de Santa María Novella en Florencia es absolutamente esencial para comprender el verdadero esplendor del Renacimiento italiano. Junto a su guía privado, su recorrido comienza frente a la cautivadora fachada de mármol policromado, que se eleva majestuosamente sobre la plaza que lleva su nombre. Entra en la basílica y admira sus obras maestras artísticas, como el Crucifijo de Giotto, la Trinidad de Masaccio y los frescos de Filippino Lippi y Ghirlandaio. Sumérgete en la paz y la belleza del Chiostro Verde (Claustro Verde), llamado así por el tono dominante en los frescos de Paolo Uccello. Descubra la historia del antiguo jardín botánico anexo a la basílica, utilizado por los frailes para preparar medicinas, ungüentos y bálsamos, especialmente agua de rosas, que se utilizaba como desinfectante durante las epidemias. Visite la Bottega di Santa Maria Novella, la tienda tradicional de la basílica, y déjese transportar en el tiempo gracias a los perfumes, infusiones y cremas que se ofrecen: cada creación nace de un conocimiento antiguo, transmitido a través de los siglos. Embárcate en un viaje a través de la belleza y las obras maestras artísticas de Florencia.
Florencia es la síntesis del Renacimiento. Rica en monumentos, como Santa Maria Novella, el Palazzo Vecchio o la Galería de los Uffizi. Lugares que acogieron, entre otros, el genio de Dante, Leonardo, Miguel Ángel y Botticelli, adornados con una increíble cantidad de obras de arte. Florencia contiene lugares suspendidos en el tiempo, como el Ponte Vecchio, donde las tiendas de orfebrería continúan una tradición que se remonta a la Edad Media. Revela itinerarios que combinan naturaleza y paisaje, dentro o en los bordes de las murallas de la ciudad: los Jardines de Bóboli, delicia de la dinastía Medici, o la colina de San Miniato desde donde se puede observar toda la ciudad. La historia de Florencia pasa también por sus talleres artesanales, algunos de los cuales se han convertido en marcas mundialmente famosas, y sus restaurantes tradicionales en los que deleitar el paladar y descubrir las excelencias enológicas de los súper toscanos. En resumen, Florencia es un cofre del tesoro lleno de infinitos tesoros, todos por descubrir.
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