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Gracias a su destreza escultórica, Miguel Ángel fue descubierto por Lorenzo el Magnífico y acogido en la familia Medici como hijo adoptivo, y sus creaciones todavía son reconocidas en todo el mundo. Para comprender realmente la majestuosa belleza y el poder de las obras de Miguel Ángel, la Galería de la Academia es una parada obligada para los visitantes de Florencia. Acompañado por un guía privado, admire el David de Miguel Ángel, la obra más famosa del gran artista y un símbolo icónico del Renacimiento, esculpido en un enorme bloque de mármol en bruto a una edad temprana. Luego visite los Prisioneros, las notables obras inacabadas del maestro, y San Mateo, cuyo cuerpo incompleto y retorcido irradia emoción. Disfrute del dolor silencioso de la Piedad Palestrina, que representa a María sosteniendo a su hijo en brazos, reforzada por la fuerza de su amor y su fe. Finalmente, podrá pasear libremente entre las otras obras maestras pictóricas, esculturas e instrumentos musicales que se encuentran en las salas de la Galería. La manera perfecta de disfrutar de un día inmerso en la belleza del arte del Renacimiento italiano.
Florencia es la síntesis del Renacimiento. Rica en monumentos, como Santa Maria Novella, el Palazzo Vecchio o la Galería de los Uffizi. Lugares que acogieron, entre otros, el genio de Dante, Leonardo, Miguel Ángel y Botticelli, adornados con una increíble cantidad de obras de arte. Florencia contiene lugares suspendidos en el tiempo, como el Ponte Vecchio, donde las tiendas de orfebrería continúan una tradición que se remonta a la Edad Media. Revela itinerarios que combinan naturaleza y paisaje, dentro o en los bordes de las murallas de la ciudad: los Jardines de Bóboli, delicia de la dinastía Medici, o la colina de San Miniato desde donde se puede observar toda la ciudad. La historia de Florencia pasa también por sus talleres artesanales, algunos de los cuales se han convertido en marcas mundialmente famosas, y sus restaurantes tradicionales en los que deleitar el paladar y descubrir las excelencias enológicas de los súper toscanos. En resumen, Florencia es un cofre del tesoro lleno de infinitos tesoros, todos por descubrir.
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