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Tiene algo mágico: como un altar colosal que de repente se eleva en el paisaje de los Apeninos tosco-emilianos. O incluso una torre inexpugnable, protegida por muros escarpados que no temen un asedio, un bastión en la saga de Matilda di Canossa, la condesa que humilló al emperador Enrique IV. La forma de la Pietra di Bismantova siempre ha irradiado un atractivo magnético: un gran tambor de rock cubierto por un manto verde, que evoca el fabuloso asiento de un gigante. También impresionó a Dante, inspirando una mención en el Purgatorio: En el camino de Sanleo/Quien viaja, o a Noli desciende bajo/O sube a la altura de Bismantua debe usar sus pies/Pero aquí el hombre tenía necesidad de volar... Este es el punto de partida de este experiencia. Paseo a la luz de la luna en compañía de un actor de teatro por los senderos de montaña que rodean la Pietra, hasta llegar tarde por la noche a un refugio. En el camino, escuche al actor leer la poesía amorosa de Dante y Petrarca, el otro gigante literario que viajó a estos lugares durante su estancia en Parma. Alighieri argumentó que se necesitaban las alas del deseo para llegar a la cumbre: este recorrido permite hacerlo en alas de la poesía, endulzando el viaje con el “dolce stil novo”. Un picnic a la luz de las estrellas, realzado -en ciertos meses del año- por el baile luminoso de las luciérnagas, aún protegido por la naturaleza virgen de esta zona. Un viaje extraordinario lleno de felices sorpresas.
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