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Ricos almuerzos ofrecidos durante recepciones memorables, una tradición de sabor que se ha transmitido en Verona a lo largo de los siglos: aún hoy, de hecho, los veroneses se dedican al culto de la buena cocina, elevándola a un auténtico arte. Un viaje sensorial para deleitar hasta los paladares más exigentes. Emprende un excelente recorrido gastronómico y enológico con un guía turístico y comienza el día con un espresso, símbolo de lo italiano. Luego pasee por las calles del centro histórico y visite una tienda típica, para degustar quesos y embutidos locales, acompañados de un fragante pan casero. Llegue a una taberna típica para degustar los vinos de Valpolicella, la zona montañosa de Verona famosa en todo el mundo por la calidad de sus néctares. Concluya el recorrido con una nota dulce ingresando a una de las heladerías artesanales más antiguas de la ciudad.
Verona, ciudad fundada por los romanos a orillas del río Adige, es una auténtica joya de historia y cultura. La Arena, uno de los anfiteatros mejor conservados de Italia, todavía alberga espectáculos y conciertos en la actualidad. El centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una mezcla de calles adoquinadas, plazas encantadoras y edificios antiguos. Conocida como la "ciudad del amor" por la tragedia de Romeo y Julieta de Shakespeare, alberga la Casa de Julieta con su famoso balcón. La Piazza delle Erbe, animada e histórica, y el Teatro Romano, con eventos al aire libre en temporada, completan el escenario de una ciudad de gran encanto, que cuenta con una rica tradición enogastronómica.
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