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Una ciudad capaz de elevar el vino a la categoría de auténtico arte: Trieste es la combinación perfecta de paisaje y espera paciente, donde los viñedos en terrazas sobre las colinas se convierten en intérpretes de un patrimonio sin igual. Descubre la ciudad desde un punto de vista enológico de la mano de un experto sumiller, visitando una bodega local de forma exclusiva. Aprende en un curso los métodos de elaboración de tintos, blancos y rosados, descubriendo secretos, recetas y técnicas de elaboración transmitidas a lo largo de los siglos. Luego deléitate con un almuerzo a base de productos locales maridados con vinos locales y, al finalizar la comida, visita las salas de elaboración y crianza. Una experiencia de sabores auténticos en un entorno perfecto.
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